«Testamento
Vital», aprobado por la Conferencia Episcopal Española
A
mi familia, a mi médico, a mi sacerdote, a mi notario:
Si me llega
el momento en que no pueda expresar mi voluntad acerca de los tratamientos
médicos que se me vayan a aplicar, deseo y pido que esta declaración sea
considerada como expresión formal de mi voluntad, asumida de forma consciente,
responsable y libre, y que sea respetada como si se tratara de un testamento.
Considero
que la vida en este mundo es un don y una bendición de Dios, pero no es el
valor supremo y absoluto. Sé que la muerte es inevitable y pone fin a mi
existencia terrena, pero creo que me abre el camino a la vida que no se acaba,
junto a Dios.
Por ello,
yo, el que suscribe, pido que si por mi
enfermedad llegara a estar en situación crítica irrecuperable, no se me
mantenga en vida por medio de tratamientos desproporcionados; que no se me aplique la eutanasia (ningún
acto u omisión que por su naturaleza y en su intención me cause la muerte) y que se me administren los tratamientos adecuados
para paliar los sufrimientos.
Pido
igualmente ayuda para asumir cristiana y humanamente mi propia muerte. Deseo
poder prepararme para este acontecimiento en paz, con la compañía de mis seres
queridos y el consuelo de mi fe cristiana, también por medio de los
sacramentos.
Suscribo
esta declaración después de una madura reflexión. Y pido que los que tengáis
que cuidarme respetéis mi voluntad. Designo para velar por el cumplimiento de
esta voluntad, cuando yo mismo no pueda hacerlo, a..........................
Faculto a
esta misma persona para que, en este supuesto, pueda tomar en mi nombre, las
decisiones pertinentes. Para atenuaros cualquier posible sentimiento de culpa,
he redactado y firmo esta declaración.
Nombre y
apellidos:
Firma:
Lugar y
fecha: