"Cuando la vida se convierte en un martirio,el suicidio es un deber"
Acabo de venir de cortarme el pelo por última vez y sigo
pensando, que tú me lo cortabas mejor sin ser peluquera.
El caso es que he tenido tiempo de observarme en el espejo
de la peluquería y, al igual que cuando me fotografían, no he visto más que a un viejo que todavía no ha
cumplido los cincuenta.
Verdad es, que en este último año me he deteriorado
bastante. Siempre he pensado que “debería
morir joven y dejar un bonito cadáver”, esto último ya veo que no va a ser posible
pero, la verdad es que, jamás he visto un cadáver bonito, exceptuando el tuyo
mi amor, y he visto muchos, quizás demasiados.
No sé qué hiciste con mi pijama de raso, porque no lo
encuentro. Sera cuestión de buscar mejor en esta cueva en la que se ha
convertido nuestra casa desde que no estás.
Ya está todo preparado, a excepción del pijama, que no
encuentro y el lugar que no me decido. Tengo que pensar que es mejor para todos
y no mi comodidad. Como todavía queda
tiempo no me preocupa en absoluto. He
mandado que ingresen tú devolución de la renta en la cuenta de Ruth y ya le
dije al gestor que les pida una prorroga. De todas las maneras se la tendrá que
pedir pues las circunstancias cambiaran.
Tú perra todavía está en casa ahora la voy a llevar a
vacunar, y a Rebeka le hice jurar, por ti, que Lía se quedara en casa si a mí
me pasa algo. Qué le vamos a hacer, tendré que confiar en su palabra ya que la
pobre perra no tiene que tener el mismo final que yo, aunque no creas, que lo había
pensado.
Hemos preparado una comida el 29 de Junio en el Fuelle
para celebrar San Juan y “mi cumpleaños”. Quiero hacerla allí porque sé que a
ti te gustaba ir.
Bueno cariño, me seco las lágrimas y me voy al
veterinario. Ya ves que no falta nada para que volvamos a estar juntos.
Te quiero
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