Ayer intente dejar
el luto. Me despoje de la corbata y volví a abrirme los botones de la camisa. Sé que es una tontería, siempre
he sido de los que dicen que lo que me has de hacer házmelo en vida y además soy
consecuente con mis ideas, pero hoy cuando por la mañana he bajado al bar con
la parka de montaña no me veía; por lo tanto me he subido a casa, me he duchado
y he vuelto a colocarme la camisa y la corbata.
En psiquiatría distinguen varias fases para este proceso,
cinco para ser exactos;
1. Fase
de Negación. Negarse a sí mismo o al entorno que ha ocurrido la pérdida, este
no es mi caso
2. Fase
de Enfado, Indiferencia o Ira: Estado de euforia por no poder evitar la pérdida
que sucede, se buscan razones causales y culpabilidad. Tampoco es mi caso porque desde
el primer día sabia que tenia la batalla perdida
3. Fase
de Negociación. Negociar consigo mismo o con el entorno, entendiendo los pros y
contras de la pérdida. Se intenta buscar una solución a la pérdida a pesar de
conocerse la imposibilidad de que suceda. Que
cojones vas a negociar si sabes que lo que se va no lo puedes volver a
encontrar más en esta vida.
4. Fase de Dolor Emocional. Se experimenta
tristeza por la pérdida. Pueden llegar a sucederse episodios depresivos que
deberían ceder con el tiempo. La tristeza por la perdida la sufre todo ser
que se precie de ser HUMANO sino no sería humano.
5. Fase
de Aceptación. Se asume que la pérdida es inevitable. Supone un cambio de
visión de la situación sin la pérdida; siempre teniendo en cuenta que no es lo
mismo aceptar que olvidar. Esta es la fase en la que estoy desde que asentí
con la cabeza para que se llevase a cabo la cremación de los restos mortales de
Roxy.
Según sus estimaciones suele durar entre 2 y 12 semanas,
aunque puede persistir hasta los 6 meses cuando se trata de la pérdida de un
ser querido muy allegado. Ya veremos a ver
Las negritas cursivas agregadas al texto de las fases del duelo son propias.
Las negritas cursivas agregadas al texto de las fases del duelo son propias.
Para mi desgracia en estos momentos que quizá fuera cuando más lo necesitaría, pues falta la persona que ejercía como freno de inercia en la mayoría de mis acciones Roxy mi esposa, para mas inri,el psiquiatra que llevaba tratándome desde el principio se marcha al Hospital Clínico y tengo uno nuevo, mi médico de familia que era formidable en cuanto a medico y persona se me accidenta y probablemente no podrá ejercer más, y ya no podre decirle lo agradecido que le estoy de los años en que me ha atendido.
Pero a lo que vamos, voy a la consulta de psiquiatría y me pregunta el pavo entre otras cosas;
-
Comes bien?
-
Hombre dentro de las circunstancias más o menos
bien.
-
Has perdido peso últimamente?
-
Joder pues pesaba 93’200 y ahora peso 82 y poco (con sorna)
-
Sabrás que (una de las medicaciones) también sirve
para controlar el apetito
-
(se me hinchan los cojones y ya le contesto con mala leche) Habras leido, que esa medicación la llevo tomando 10 años en la misma dosis
y comía como un buey, vamos como que me tuve que controlar porque llegue a los
ciento y pico kilos.
Eso el psiquiatra con el fardo de expedienté encima la mesa. Pues joder léetelo, que no cuesta tanto y te haces una idea de que es lo que me pasa, que no voy por gusto.
Con la otra, la psicologa, aparte de que parece que le gusta
exasperarme desde el primer día haciéndome esperar un rato aunque no tenga a
nadie, puede que sea una táctica para ver de qué genio entro o que respuesta
tengo a la frustración, en la
conversación que mantuvimos a la semana del funeral de Roxy, su solución fue que;
“tengo que pasar página”, hala como si estuviera leyendo una novela. Coges 31 años de vida en comun los cierras de golpe y los metes en la estanteria de los libros que ya te has leido. Tira borron y cuenta nueva, me gustaria saber q. relación "tan especial" tiene con su marido.
Si no fuera porque no me quedan mas huevos que ir por las circustancias, los mandaba a la P. M.
Si no fuera porque no me quedan mas huevos que ir por las circustancias, los mandaba a la P. M.
Hay veces que hasta los profesionales deberían cerrar la
boca y hablar más con sus silencios que con sus palabras. Siempre he pensado
que:
“Si no tienes nada que decir, escucha”
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