Si eso es lo que siento”envidia”. Envidia de las parejas jóvenes
que pasan agarradas de las manos delante de mí, de las parejas de ancianos que
pasean juntas con sus bastones, de los maridos que empujan las sillas de ruedas
de sus mujeres. Envidia, si, envidia. Envidia mientras engullo mi Gintonic ,
para que el alcohol me ayude a dormir ya que no me quieren dar medicación en
la misma terraza donde, hace unos meses, tomaba un puñetero cortado con mi
esposa. Y tristeza, también siento tristeza,
mientras contemplo a un señor que pasara de los setenta y cinco años, y que también,
SOLO, observa lo mismo que yo mientras se toma su carajillo. Observa el paso de
los matrimonios mientras él, al igual que yo, está solo.
Justo a su lado,
una pareja que rondara los sesenta y pico, están sentados sin decirse una
palabra. Tan solo la llegada de otro señor que se sienta en su mesa, hace que
el marido se arranque a hablar. Tú y yo pasábamos
horas hablando de cualquier cosa mientras tomábamos un café, nunca nos faltó
conversación y eso que, desde que me jubilaron hace doce años, convivíamos veinticuatro
horas juntos.Siempre lo he dicho “Dios da pan al que no tiene dientes”
La envidia dicen que es pecado, pero ¿cómo no sentirla cuando ves a los demás con sus
parejas y tú has perdido a la tuya? Y encima, no es una envidia de esas que
llaman “sanas”, puesto que yo preferiría verlos a todos muertos con tal de que tú
volvieras a mi lado.
Ya sabes que no me escondo para decir las cosas como las
pienso. Quizá por eso yo caigo mal a la gente y tú caías bien
Esta mañana le he dicho a Ruth que los matrimonios
perfectos no existen, siempre hay algo que jode la convivencia. Pero también le
he dicho que hay que saber perdonar si no, es imposible que un matrimonio dure.
Estas chicas, creo, que hacen de granos de arena, piedras de basalto. ¿Cuántos granos de arena nos hemos encontrado
tú y yo en nuestra vida? ¿Cuántas veces nos hemos enfadado y cuando la cosa se
ha puesto seria uno de los dos a hecho una broma para distender el asunto? Mira
que les hemos dicho veces que “a la cama no te puedes ir enfadado”. Que daría yo
ahora por poder enfadarme contigo.
Ahora no se escuchan, ¿Cuántas horas de
nuestro noviazgo pasamos tú y yo solucionando, verdaderos problemas tomando una
copa en “El gran Gatsby”
de Sangenis? Tú necesitabas alguien que te escuchara, mi amor y a mi
escuchar se me daba bien. ¿A cuántas cosas hemos renunciado ambos porque
nuestro amor perdurara? Yo cambie mi vocación militar por la de camionero,
porque tú no querías irte fuera y perder de vista a Ruth y yo, yo no quería dejarte por nada del mundo, y tú, tú acabaste convirtiéndote
en una experta montañera y campista con “tacones” solo por darme el capricho.
Me he tenido que tomar el cubata deprisa por volver a casa. Nuestra casa es el único lugar donde ahora me
encuentro más o menos bien. Puedo
llorar, puedo gritar, puedo jurar… no tengo que aparentar que me encuentro “bien”.
Ya sabes que me jode llorar delante de nadie, soy de la generación de “los
hombres no lloran ni aunque estén con las tripas fuera” pero, seguro que me dolería
menos tener las tripas fuera que haberte perdido para siempre.
¿Qué le ocurre al mundo? Las parejas se separan por
nimiedades, no por cosas en verdad importantes como son la infidelidad o el engaño, y quienes querríamos pasar toda
la eternidad juntos nos vemos separados de golpe por una puta enfermedad.
Siempre he pensado que la vida no era justa, pero ahora todavía la veo más
injusta. Te pasas la vida sufriendo por una cosa u otra, y cuando piensas que
todo va a ir bien, tus hijas tienen sus parejas, nacen tus nietos… va y se jode todo.
¿Cómo no envidiar a quien no tiene problemas, a quien la
vida le sonríe, a quien las cosas le van digamos bien aunque no lo merezca?
Envidia. Del latín. Invidĭa: Aquel sentimiento
o estado mental en el cual existe dolor o desdicha por no poseer uno
mismo lo que tiene el otro, sea en bienes, cualidades superiores u otra
clase de cosas.La RAE la ha definido como tristeza o pesar del bien ajeno, o como deseo de algo que no se posee.
PD. Como veras estoy en fase de manía ya que, no puedo dejar de
escribir lo que siento. La medicación la he dejado y te sorprenderá pero, consigo
incluso hacer los sudokus de nivel difícil. Ya sabes que estás putas
medicaciones te paralizan la cabeza y no te permiten pensar con claridad.
Ven a buscarme amor mío te espero.
Juan Carlos
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