Existe el amor de padre, el amor de hijo, el amor de
hermano, el amor de espos@…
Cada amor es diferente. El padre perdona al hijo
siempre, mas no siempre el hijo perdona al padre, el hermano puede pasarse meses
sin preocuparse por ti, imbuido en la vorágine
de su trabajo y de su vida, el espos@ cuando la relación se basa en el amor
verdadero y el respeto mutuos siempre estará ahí a tú lado. En la salud y en la
enfermedad, en la riqueza y en la pobreza hasta que la jodida muerte os separe.
Entonces según haya sido la relación y la
dependencia del cónyuge que sobreviva, comenzara para el, el verdadero “valle de lagrimas”, el “infierno en la tierra”. Se suele decir
que “nadie muere porque se muera el otro”,
pero es mentira. La ciencia médica ya ha descubierto el “síndrome del corazón roto”, pero aparte de eso la tristeza carcome
el alma de tal manera que quien lo siente no vive.
Ya está muerto
Se convierte
en alguien carente de esperanza esperando su final. Un final que nunca llega
pues si algo hay claro en esta puta vida, es que nunca vas a conseguir lo que
deseas y si por fortuna lo consigues, como es el amor, su duración será efímera.
“Tienes
que mirar hacia adelante". "Tienes que intentar rehacer tú vida". "Por más que
hagas ya no va a volver”; me dicen las parejas que me
conocen mientras me miran con ojos de perros abandonados. Gilipollas, ¿me meto
yo acaso en porque tú mujer y tú vais siempre uno por cada lado, si puede que
sea la primera vez que os vea juntos? ¿Te pregunto a ti, porque te tomas el vermut
con cuatro amigotes borrachos en vez de con tu mujer? ¿O te pregunto a ti,
mujer, que haces siempre por ahí con tus amigas mientras el tonto de tú marido
se hincha de trabajar para pagar tus vicios?
¿Pero qué vida quieren que rehaga? ¿La que he tenido
gracias a ella y que si no seguramente hubiera perdido antes o cual? ¿La vida
que encontré a los dieciocho años cuando ya pensaba pegarme un tiro con mi
CETME 7´62 reglamentario en el ejército, la que formamos juntos a los veinte o la que me
mantuvo cuerdo durante estos últimos doce, en que fue ella quien cuido de mi?
QUE ME DIGAN CUAL
Que no me den consejos que no pido, si les molestan
mis ojos hinchados, que no se acerquen que nadie los llama. Que me dejen solo
para llorar mi pena como hace mi perra, que se marcha a otro cuarto cuando
estalla mi llanto. Que no MOLESTEN ya que no me pueden ayudar. Que se olviden
de sus putas frases hechas y del puto te; “acompaño
en el sentimiento”. Como pueden ser tan falsos si al igual que yo antes
suspiran aliviados porque su turno no ha llegado. No vale más un simple, “lo siento” ,como digo yo que una cruel
mentira.
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