Se me marchó la vida, ¡toda entera!
No me tiembla la mano al escribirlo,
ni me tiembla la voz para decirlo...
Aquí estoy ya, Señor, ¡solo a tu espera!
No me tiembla la mano al escribirlo,
ni me tiembla la voz para decirlo...
Aquí estoy ya, Señor, ¡solo a tu espera!
Tengo cumplida vida
ya –mi Señor- con exceso:
con la medida colmada
que tus manos me midieron.
¡ Dame –Señor- la grandeza
de decir adiós sin miedo!
(Padre José María Guervós Hoyos)
ya –mi Señor- con exceso:
con la medida colmada
que tus manos me midieron.
¡ Dame –Señor- la grandeza
de decir adiós sin miedo!
(Padre José María Guervós Hoyos)
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