Cuantas veces lo comentamos mi amor, cuantas veces en
nuestras charlas de café te decía; “más
vale que si faltamos alguno sea yo, si no ya veras como se va todo a la mierda”.
Pues ya se nos está yendo todo por la borda y, no han pasado
ni tres meses desde que tú faltas. Yo ciclando a toda leche entre la depresión
y la euforia, RBK con lo suyo y Ruth súper sensible y tan baja de autoestima
como siempre. Como una chica joven, guapa, inteligente y cariñosa, puede tener
la autoestima tan baja. No se da cuenta de lo que vale, menos mal que RBK se
esta enfrentando a sus problemas como lo que es, una mujer adulta, sino ya estaría
desbordado del todo. Siento que les estoy fallando amor mío, pero lo siento.
Ellas no comprenden que estos últimos doce años he existido gracias a ti. No
comprenden que estoy enfermo y, que tú eras mi cura y no la medicación que
tomaba.
Es difícil meterse en mi cabeza lo sé, pero tú ya estabas
acostumbrada y siempre estabas ahí. Ahora me encuentro solo por más que
intenten ayudarme. Ellas quieren lo mejor para mi, pero no consigo hacerles
entender que yo ya no quiero nada. Las quiero a ellas, a mis nietos que no veas
que besos dan a tu foto, pero estoy tan vacio que yo ya no puedo darles nada. Y
ellas no lo comprenden y menos con el dolor que llevan con tú perdida. No sabes
lo que sufro de añadir más dolor a su dolor. Intento ayudarlas pero no puedo. ¿Como las voy a ayudar a
ellas, si ni siquiera puedo ayudarme a mí mismo?
Mañana tengo que ir a ver a
Carmen. Otra vez las mismas preguntas, las mismas tonterías; solo falta que
mañana me diga que me ve muy bien, si ni yo me veo bien. Otra vez la misma tontería
del “pasar página”. Ilusa se piensa que sus estudios de psicología le dan
derecho a decirme lo que tengo que sentir.
Les he comprado unos bombones porque sé que a ti te gustaba
quedar bien con la gente que nos trataba bien; la chica de las citas, la
moza a la que llamábamos casi guapa porque se lo creía un montón. La
verdad es que llevan doce años
aguantando mis impertinencias al igual que tú y, se han portado muy bien con
nosotros. Por eso que menos que despedirme con unos bombones.
La cita con el “nuevo” la tengo en Abril y no pienso que para entonces pueda acudir; aunque no lo sé, no pensaba que dejarse morir
de pena costara tanto. De sesenta a noventa días mi amor, eso es lo que dicen
los expertos en el tema.
¿Podrás esperarme tanto?
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