No es fácil regresar a una casa vacía. No hay nadie que te
salude y la silla que está frente a la tuya en la mesa del comedor está vacía.
La casa parece hacer eco del silencio y derramas una lágrima mientras recuerdas
que ahora estás solo. Tantos años juntos, tantos recuerdos son todo lo que te queda. La pérdida de un
ser amado cambia tu vida por completo, sobre todo cuando ese ser amado fue
también tu mejor amiga. Te sientes completamente perdido y totalmente incómodo
al tomar incluso decisiones menores. La cama se siente grande y algo dentro de
ti te dice que ¡no podrás sobrevivir!
No les prestes atención a los que traten de
decirte que no estás llevando el luto correctamente. En
lugar de eso, agradéceles por su preocupación y hazles saber que cada persona
lleva el luto de forma diferente. El luto depende de tu forma de ser, de cómo
era tu pareja y de cómo era la relación. En concreto, es probable que tengas
que lidiar con los que piensen que te estás recuperando "demasiado
rápido" y con los que crean que te has quedado "atrapado en el
duelo". Si se muestran demasiado pesados siempre tienes la opción de
“mandarlos a la mierda”, ya que solo tú sabes el dolor que sientes.
La muerte de un cónyuge es un evento
devastador, uno que tiene reacciones físicas y psicológicas. Incluso si la
muerte del cónyuge ya era algo esperado.
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